domingo, 17 de enero de 2010

· Rumbos desconocidos




A sorbos me bebo la vida, aun sin poder navegar de ola en ola marinera si volcase en la mar. Espero un barco en la lejanía del océano que achique aguas, que yo sola no puedo ante la desesperación y ahogo que me produce la inestabilidad. Si a puerto llego, afrontaré la vida con mil rumbos desconocidos.


Ahora estoy en la proa de aquel barco que vino a mi socorro, manteniéndose en equilibrio inestable en las mareas continuas del océano, y el latir de mi corazón va al compás de corrientes marinas, orientándome las agujas de una brújula en constante búsqueda del norte.

3 comentarios:

José Manuel Guerrero C. dijo...

Aquí estamos algunos marineros dispuesto achicar agua del barco, aunque nuestros cubos no estén tampoco en el mejor momento; pues con más razón, capitana.
Lo dicho, Abrazos y besos

El granaino dijo...

Piensa que en la vida puede haber muchos faros te guien el un mar de constantes vaivenes.

Besotes!

Alawen dijo...

Tu barco no está solo en el mar, amiga, hay muchos que navegamos por aguas extrañas, que nos cruzamos en este océano desconocido...
Un beso y ánimo...

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