A la ansiada hora del almuerzo, la barca encallada a orillas del mar de Levante se convierte en el hogar, comiendo pescado todos los allí presentes.La luz cegadora del mediodía se debilita con lienzos improvisados, cubiertos de salitre cuando el viento azuza racheando.
Comida sencilla, sardinas y vino añejo, bien merecida para los que fueron a la mar de madrugada, echando redes al banco de peces, echando cuentas al pescado vendido, comiendo ahora con el pan de cada día.
2 comentarios:
Tú sabes ya lo que me gusta este cuadro. Se podría hablar y comentar sin parar las bondades que encierra y descubre.
Tu describes el momento, en Sorolla casi la instantánea, pero con profundidad de hacer lo simple eterno.
Es el pintor de la luz … y de la sombra tamizada. De lo humilde y cotidiano… a la riqueza universal de nuestro Pais.
Con lo que has escrito, y como lo has escrito, sobra la imagen. Enhorabuena, Nuria, esto que has plasmado con letra es una pintura.
Publicar un comentario