domingo, 26 de mayo de 2013

· Blue


"8 Luces" de David Hill (2007)
Di que no; que la tristeza no es azul. Solía escuchar blues, cuya palabra significa azul y tristeza a la vez, en otro idioma. Me niego a que la tristeza sea azul. Quizás podría ser aquel cielo de la noche que es de un azul oscuro, muy oscuro, tanto que parece negro. Ahí podría residir la tristeza, pero el color que se me viene a la memoria no es así. Es un azul transparente, tan transparente que da cabida a lo irreal, intangible e ingrávido como la serenidad, el equilibrio, la belleza en sí…Pero, el azul del mar, de un río, e incluso de un estanque es un espejismo. Es el reflejo del cielo sobre las aguas cristalinas y éste reflejo a su vez tiene un color azulado que tan solo son capas de aire superpuestas unas sobre otras. Ese azul es otro espejismo. Mi azul lo he escogido yo gracias a las gotas de agua puras, limpias y transparentes que descomponen la luz en colores, y yo me quedo con el rango azulado del arco iris que, curiosamente se plasma en el cielo, azul cielo que existe en esa gama. Con éste me quedo, con la pura transparencia entre color y color. Ahí reside la autentica pureza, que no el mimetismo: en la infinita y translúcida fuerza y sensibilidad del azul.
Nick Drake Way to Blue (Five Leaves Left, 1969)