Te hago saber lo que te siento, lo que no ignoro de tu persona, lo que pienso de ti y por ti.
Amanece temprano y te hago saber que bajo un cielo madrugador me desvelo para darte la bienvenida desde mis sueños. Sueños de flores, de campanillas rosadas que crecen con pleitesía por entre la hiedra.
Y en la ribera te hago saber que duermen conmigo peces de turquesas que ofrecen a tus ojos aguamarinas, como espejos de los tuyos, cambiantes como las puestas de sol de cada estación del año.
El viento nos hace saber en forma de susurro nuestro encuentro, que se acerca.
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