viernes, 17 de septiembre de 2010

· Mozart: alegría y vida (Divertimentos)

Dentro de la obra de Mozart, los Divertimentos son una de las series imprescindibles para el disfrute del oyente (si es que la producción del genio admite esta distinción), y esto es por la variedad y el esplendor con las que el salzburgués dotó a estas piezas.
A medio camino entre el cuarteto de cuerda y la obra orquestal, con una gran flexibilidad y variedad en la formación, ofrecían enormes posibilidades de expresión que Mozart supo calibrar y desplegar para su desarrollo.
 No es sólo mera música de fondo para amenizar actos sociales, o entreactos de óperas o ballets. En Mozart es un recurso musical de primer orden que dio como fruto algunos de los capítulos más deliciosos y memorables de su obra.
El que traemos hoy es el primero de una serie (k136, k137 y k138), escritos en Salzburgo en enero de 1772. Mozart era un joven de 16 años. Sabemos por los indicios y su obra que tenía una personalidad vital -máxime con esta edad- de buen ánimo y humor (síntoma claro de inteligencia) a pesar de las antipatías de su "jefe" Coloredo.

Hemos elegido el k136, porque es el más alegre; de una vitalidad contagiosa, no exenta de profundidad en el allegro, serenidad y gracilidad en el andantede una sencillez y elegancia que recuerda al estilo de  Haydn (quien también desarrolló el genero notablemente), y un presto que retoma el aire del primer movimiento, pero aún más desbordante, dotándolo de una gracia portentosa.  En ellos sorprende el nivel de maestría que exige a los violines principales y la incuestionable dominio y equilibrio de los tres movimientos.


Dirige  Yehudi Menuhin - allegro 



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