sábado, 27 de noviembre de 2010

¡Habla, corazón!


No existe hueco en un fruto donde no quepa el néctar de una vida rica, repleta de madurez, cuya semilla crece en su interior como un corazón nuevo, sencillo, pleno de bellos matices, cuyos sueños son realidades y no se pueden medir en la palma de una mano. Es verdad única, placentera, que conversa desde su interior hacia lo que le rodea, para dar un sentido a un Universo que no es fugaz; es tan trascendente como esta semilla, madurada en el lecho del acogedor fruto que se mece al mismo son que el viento, hasta que cae en toda su integridad, ayudando a hablar a su corazón doblemente renovado.  

2 comentarios:

Locuaz dijo...

La renovación de la vida crea los lazos más fuertes, desde el punto de vista humano y natural, que puedan existir.

Cuando un adolescente quiere reafirmarse como persona, intenta cortar con esa unión materno-filial, y busca establecer otras que en esa etapa le resulten menos absorbentes.De ahí el conflicto.
Ese vínculo a veces se rompe y sólo encuentra continuidad cuando se experimenta la paternidad y si la naturaleza no falla por lo general, se siente ese tremendo poder de unión.

A mi padre siempre le he oído decir que “la Naturaleza es el misterio más grande que hay.

jxn dijo...

¡ Ah, grandiosa es la potente gracia que reside en hierbas, plantas, piedras y sus auténticas cualidades ¡. Pues no hay nada tan vil que viva en la tierra sin dar a la tierra algún bien especial; ni nada hay tan bueno que, desviado de su buen uso, no se rebele contra su origen, cayendo en el daño

Fray Lorenzo. Romeo Y Julieta

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