viernes, 16 de septiembre de 2011

· Puntos suspensivos

Joaquin Sorolla. "Ninos en la Playa", 1910.
Balbucean torpemente mis sentidos al recordar el mar. No muy lejos de este tiempo, todo mi ser respiraba aquel aire yodado, al que se adhería el salitre evaporado, tras un baño de olas revoltosas, y participaba de la trascendencia eterna de las puestas de sol, que lánguidamente recorrían el espacio. Parece ínfimo el recuerdo, pues casi lo resumo con tres palabras: aire, agua, sol. Pero merecen mención precisa para darse cuenta de que, una vez alejados del mar, estos tres elementos sencillamente, fueron nuestros compañeros en el sosiego de nuestro tiempo, y aunque aquí el aire roza de soslayo, el agua no termina de llegar y el sol resabiado no nos trata con bondad, nosotros manejamos nuestro tiempo para que el sosiego se nos acerque con confianza, y mientras, yo invento unas palabras con puntos suspensivos, como tantas veces...como el tiempo.

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