domingo, 10 de enero de 2010

· Handel y la Pompa: Un sajón ejerciendo de Anglo-sajón


El 20 de noviembre de 1737, el fallecimiento de la esposa de Jorge II, Carolina, motivó que a Handel le fuese encargado un himno fúnebre para las exequias titulado The Ways of Zion do Mourn (En los Caminos de Sion). Dado que la fallecida había sido amiga del músico desde que se encontraron por primera vez cuando el compositor tenía trece años y visitó la corte de Berlín, decidió escribir una partitura que aunase la pompa de la ceremonia con su propio dolor sincero de amigo:

La Princesa Sophie de Hanover escribe a su nieta . “Le hago una visita cada día a nuestra princesa (Carolina von Ansbach) la cual se encuentra ahora de buena salud; halla gran gusto en la música de un Sajón que supera por lejos todo lo que había oído en (la ejecución) de teclados y composición. Ha sido muy festejado en Italia…” (4 de junio de 1710).
No hay ninguna novedad excepto que el Elector ha tomado bajo su servicio al director musical llamado Handel, que toca excelsamente el clave para deleite del Elector y su esposa. Es un hombre muy distinguido y los chismes aseguran que es el amante de Victoria…” (14 de junio de 1710).
Para fines de ese año Handel hará su primer viaje a Londres.

El himno recibió numerosos elogios y ocupó un lugar preferente durante el funeral.

Es una obra maravillosa donde las halla. Una de mis obras corales favoritas de Handel. La emotividad sincera de sus pasajes, nos da una idea del grado de complicidad que existía entre Carolina y Handel y del dolor de perder a una persona que además de ser su reina, fue su amiga desde que eran niños.

· Aquí tenéis tres pasajes de la obra interpretados por the English Concert:
The ways of Zion do mourn / Funeral Anthem for Queen Caroline
HWV 264

1 comentarios:

José Manuel Guerrero C. dijo...

No conocía esta obra. A mi Hendell y esta música suya en concreto, me hace pensar en la incorruptibilidad -fíjate que palabro más hermoso- de su discurso musical. Quién no se haya emocionado con algún pasaje de su Oratorio El Mesias, no entederá jamás lo que argumento. El Alma cristiana la sabía mostrar Hendell como nadie, con su sufrimiento, sus caidas, sus desvelos y sobre todo, sus esperanzas. En Hendell, encuentro un discurso teológico impresionante. Desgajar de su musica la ascendencia cristiana, es imposible.
Perdona que me vaya un poco por lo cerro de Úbeda, pero sin la Cruz, no tendríamos esto.

Un abrazo, y me encanta verte de nuevo por la Blogosfera.

Publicar un comentario