Ya se alargan los días como el eco del silbido de una suave cantinela. La luz no tiene prisa en desaparecer tras las tibias tardes de invierno. Conozco esta sensación y cuando se repite año tras año le doy la bienvenida como quien recibe a un pariente venido de lejos. Los aires que rolan haciendo girar a la veleta del tejadillo dirigen la flecha hacia el sol para anunciarnos el nacimiento de la primavera.
1 comentarios:
Preciosa formar de pregonar que se acerca la primavera. Yo llevo una semana acompañado en el trabajo por un mirlo que recibe las mañanas a base de cantes que ya quisiera Pavaroti.
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