Y como lo prometido es deuda:
Comentar que el concierto de Mark K. en la penumbra de una noche fría, húmeda y airada de un miércoles de febrero, estuvo a la altura de mis expectativas. La paz y el sosiego se hicieron con un hueco de intimidad en la noche desapacible.

Lo que Kozelek hace con una facilidad sin aparente esfuerzo, es para mí lo más difícil: Cantar de forma limpia y sobria, a veces contenida, aunque entonando perfectamente, y a la vez tocar la guitarra, pero no como mero acompañamiento sino desplegando toda la riqueza de arreglos y matices que escuchamos en el disco. Como decía, me sigue sobrecogiendo la voz de Kozelec. Cuenta con un tono natural de partida privilegiado, vibrante y que llena el espacio; pero ahora canta mejor, más cuajado –en el buen sentido- y eso hace que en momentos especiales, te toque la fibra con hondura. Esplendida "Alesund", añeja "Australian Winter", hermosa "Sam Wong Hotel", "Church of the Pines" ya transformada en clásico de las estructuras melódicas de Kozelek.

Me sorprendió el ambiente sonoro que conseguía con unos arpegios de velocidad imposible, y que actuaban como capas superpuestas, sensación increíble de varias guitarras a la vez, o un instrumento con el doble de cuerdas –sonaban segundas y terceras líneas de armonía en diferentes planos-, que aumentaban y potenciaban el preciosismo, sirviendo de soporte perfecto, casi de ensoñación a su voz y todo con el único acompañamiento de una guitarra, para más señas española. Contaba después de un tema engarzado con arpegios endiablados, que sentía en los dedos como cosquillas, una especie de hormigueo, después de tal despliegue y que, para descansar del difícil ejercicio, dio pie a comentarios sobre el fumar?…,creo.

La única salvedad que puedo hacer a tan buen concierto, es la sonorización de la guitarra española. Creo que fue un error conectarla por línea en lugar de haberle puesto un micrófono delante como en el flamenco. El cuerpo del sonido desde las notas graves, a las agudas de nylon perdía sonoridad y amplitud.
Por lo demás, una alegría para los tiempos que corren.
4 comentarios:
Joder tío.
Me quito el cráneo ante ésta crónica de una guitarra anunciada. No sé si hice bien pidiéndote que me contaras lo que vieses y escucharas. Ahora me arrepiento más, si cabe, no haber podido ir. Ahora me doy cuenta... en realidad, cago en todo!! no pude ir, punto, no me castigo más.
Seguiré escuchando el disco y cuando nos veamos me cuentas otra vez lo que has escrito hoy aquí, si eres capaz. Porque lo que has escrito refleja tangencialmente bien el hálito de asombro que aún te queda del concierto de ayer. Sí, podrás. Sabes que nos situamos pronto en la escena del hecho, que cuando se habla de música, se para el tiempo y nos sobra todo, menos la birra que espera en la barra.
Nunca tener un blog tuvo más sentido que hoy.
Amigo: sólo he hecho lo que me pediste. He intentado ser lo mas objetivo posible, pero sabes que son ya muchos años escuchando a éste tío; y cuando encima ofrece más de lo que esperabas, pues es un regalo. Mari se emocionó con algunas de las canciones. Nuria agradeció el poder ir.
Claro que hablaremos y comentaremos sobre música, y sobre lo que quieras (divino o humano).
Un abrazo.
Estaría curioso saber qué tienen que decir los ortodoxos de la guitarra española, sobre como un Yanki es capaz de asimilar la música española de guitarra más rancia (en el buen sentido de la palabra, absorbiendo el legado de Joaquín Rodrigo, Federico Mompou, Narciso Yepes o Andrés Segovia y meterlo en un contexto de pop-folk para crea algo nuevo, inédito.
Como cantante la melodía de su voz me deja perpleja, la guitarra la toca con una sensibilidad aguda y más aún a imagen y semejanza de los maestros españoles de los que está bebiendo en este disco, que ya tiene mérito pero... sus modales para con el espectador son un tanto excéntricos porque no termina las canciones con un final fino. Su brusquedad enoja al escuchante y éste se plantea si es altivez, si es dejadez o simplemente cansancio por tocar la guitarra de esa manera tan portentosa. En definitiva, creo que debería depurar ese rasgo que para muchos de los que le siguen es familiar y hasta obvio, pero para los que lo escuchan por primera vez lo pueden considerar como una falta de educación. Simplemente es una reflexión para que reflexione el que le sigue desde sus principios.
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