Comencé el poema una madrugada fría en la que, de vuelta a casa, pasé como siempre por el cuarto de Cris -mi hijo con parálisis cerebral-, que medio se despertó, me miró, me dedicó una sonrisa un poco de cumplido y se dio la vuelta para seguir durmiendo con sus manos entre la almohada y la mejilla. La escena no era nueva: decenas de veces se había repetido antes y se ha repetido después. Pero aquella noche, ignoro por qué, yo la viví distinta y empecé a escribir en un cuaderno la historia de aquel hijo con el que tantas cosas habíamos aprendido.
Fragmento: “La boca de mi hijo/ es un vergel de dientes malformados/ en el que la fonética/ pactada en los diccionarios/ no querido posarse./ Por eso,/ para sus labios,/ invento yo sonidos/ y fabrico palabras”
Fragmento: “La boca de mi hijo/ es un vergel de dientes malformados/ en el que la fonética/ pactada en los diccionarios/ no querido posarse./ Por eso,/ para sus labios,/ invento yo sonidos/ y fabrico palabras”
Frase de Andrés Aberasturi: "El denominador común entre un discapacitado físico y un psíquico es la marginación"
· Entrevista completa donde recita la poesia a su hijo.
1 comentarios:
Simple y llanamente, sobrecogedor. Todo un ejemplo de amor profundo por un hijo en estos mundanos días en los que se da la espalda a lo verdaderamente importante en la vida.
Caminamos hacía una sociedad enferma y egoista en la que tener un hijo con discapacidad estará mal visto.
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