sábado, 14 de noviembre de 2009

· Palabras quebradas




El corazón golpea en mi sien cuando me escuchas y prestas la atención justa para oír mi voz, que se escarcha con ráfagas de viento helado cuando hablo de nada.

Mis pensamientos se tropiezan, cayendo en un lenguaje inconexo, encadenando palabras quebradas cual collar roto. Las cuentas no salen, como no sale lo que quiero decir y mi rostro acompaña la frustración que en mí provoca.

El esfuerzo que presto es arduo y si piensas que no tengo las ideas claras, hoy por hoy, aciertas.


2 comentarios:

Locuaz dijo...

Hay veces que cuesta poner en pie un pensamiento, una intención que puede acabar en frustración; incluso hay días en que cuesta lo indecible poner el mismo pie en el suelo para levantarse de la cama.

Parece que el pensamiento se vuelve torpe, y nos vemos incapaces de articular el más simple de los códigos cotidianos de comunicación.
Hay veces que el razonamiento es rápido como el rayo, y consigue navegar por una de las avenidas de estímulos eléctricos principales de la constelación de neuronas de nuestra mente. Otras parece que el lenguaje que articula nuestras ideas, se atasca en el barro de algún carril tortuoso de tercera categoría y que los impulsos eléctricos no avanzan más que a trompicones.

Tenemos que fomentar, en la medida de lo posible, la ampliación de la red viaria de neuronas de nuestra mente, para que el pensamiento siempre pueda llegar a su destino y así mejor se expresen y desarrollen nuestras ideas.

airun dijo...

Has descrito perfectamente los vericuetos de la mente y por ende del ánimo. Así se llama el blog y has captado lo que, en el momento de ponerle el nombre, quise reflejar porque en realidad no deja de ser lo que me pasa muy a menudo: los pensamientos me llevan a intersticos que nunca sospecharé encontrarme como creo que, en cierta medida, a todos nos pasa.

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