domingo, 29 de agosto de 2010

· Mahler y la Muerte en Venecia

Gustav Mahler
Esta música ligada ya a la película de Visconti, como "As Time Goes By" a Casablanca, nos evoca lo inasible, la pérdida constante. La vida que se escapa en una góndola hacia el ocaso irremisiblemente... Pero creo que no; si acaso un matiz de la misma. La grandeza de esta música, si acaso al nivel de la novela de Tomas Mann, aunque no puedo dejar de asociarla con esa imagen de un Dick Bogarde sobre-maquillado, para paliar los estragos de su enfermedad degenerativa; algo patético en el papel del compositor, poniéndose en evidencia y en ridículo (no tiene nada que perder), corriendo con el pulso acelerado tras del muchacho que representa lo que el ha tratado de alcanzar durante toda su vida artística, y que aflora como un amor juvenil "semi-platónico", inalcanzable.

Realmente fin de una época. Decadente época. Bendita decadencia.
· Sinfonía nº 5 en do sostenido menor: Adagietto. Sehr langsam- Attaca.
Thomas Mann

5 comentarios:

José Manuel Guerrero C. dijo...

Cuando los genios se juntan, surgen genialidades.
Esta película, es inmortal.

El domingo por la tarde -cuando vi por primera vez esta entrada-, tenía puesta Radio Clásica, le dedicaban el programa a Rosa María Calaff (periodista de TVE), y la música que ésta mujer seleccionó fue el Adagieto de Mahler .

Lo curioso es, que fue cuando me metí a ver el post, cuando empezó a sonar los primeros acordes de esta sobrenatural música.

José Manuel Guerrero C. dijo...

Hace un mes, el gran Perez de Arteaga(esperemos que no lo jubilen como a otros), dedicó un programa en su El Mundo de la Fonografía a los "Kindertotenlieder" -Canciones a los niños muertos-.
Creo que es la obra más importante que compuso Mahler. De una sutileza y un misterio acongojante.

Locuaz dijo...

He escuchado la obra KINDERTOTENLIEDER con atención varias veces, leyendo la letra de estas cinco canciones elegíacas, y sólo puedo decir que es la tristeza y el lamento hecho música.

El brutal y desolador golpe que el destino le deparó a Gustav Mahler fue el mayor sufrimiento imaginable que les puede ocurrir a unos padres.
Si duro es enterrar a los padres, mucho más tremendo es enterrar a tus hijos. Es la negación de la renovación de la vida para cualquier ser humano.
Gracias.

José Manuel Guerrero C. dijo...

"...sólo puedo decir que es la tristeza y el lamento hecho música."

Exacto.

Paco Úmbral tiene un libro "Mortal y Rosa" que escribió tras la muerte de su único hijo.
Terapia para auyentar malos presagios y superar dolores insuperables.

Nunca se supera.

Anónimo dijo...

Da gusto asomarse a este blog. Es ya una ventana para el aprendizaje, llena de riqueza. Una maravilla -

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