Me estremezco al mirarte a los ojos, frente a frente. En el escondite de mi pensamiento te pido un beso y tú lo encuentras en ese preciso instante. Juego contigo al arte del amor, que calienta nuestro refugio para dos.
Las suaves caricias me las regalas, como cuando dijiste mi nombre en aquella tarde en que la llama del Sol ardía como puro fuego.
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