martes, 29 de septiembre de 2009

· Tan solo un segundo


Si atrapara un segundo en las alas de un jilguero lo apresaría suavemente, tan solo hasta que cantara la primera nota. Si la música se demorase me entristecería y, si pudiera, haría llegar el rumor de un manantial para que entonara lo que deseo largamente.

El segundo atrapado se libera cuando silba aquél pájaro, entonando su nota con pleitesía y nostalgia. Le cojo tiernamente tan solo por un segundo; más sería excesivo en una captura hechizada, donde sonarían las plumas a papel arrugado en la melodía estropeada de un jilguero ronco. Luego, le dejo escapar de su cautiverio, tras el rastro del sol, con su canto al fin libre.

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