martes, 27 de octubre de 2009

· El silencio




Silencio, sabia contemplación. Salud mental que requiere cuidados. Rechazo de abejorros que crispan el ambiente. El silencio llena el vacío. No hacen falta ni preguntas ni respuestas. Silencio lleno, palabras vacías…
…¡Qué difícil convencerse de que no es necesaria la palabra cuando una persona está en paz! 

4 comentarios:

loquaz dijo...

En este mundo ruidoso y estresado, el silencio se está convirtiendo en un signo muy preciado y valioso del respeto.
Para oir nuestra voz interior, tenemos que precisar de un mínimo silencio y recogimiento que nos serene y pueda hacer aflorar la voz más delicada y verdadera.

Locuaz dijo...

"...abejorros que crispan el ambiente" no te falta razón. Hay demasiado ruido de fondo chinchando y molestando.
Por un lado nos irrita y molesta; pero cuando ya estamos "acostumbrados", nos atonta y confunde. Y a veces, cuando no percibimos ningún ruido apreciable, nos preguntamos si ¿ocurre algo?. Esta reacción es así, porque creo que en realidad, al "hombre moderno" le da miedo el silencio. Le horroriza escucha los latidos de su corazón, del circular de la sangre, incluso más allá, de su propia alma.

airun dijo...

Incluso les da miedo dejar de escuchar su propia voz.

El Paseante dijo...

A veces, "escuchar" el silencio puede ser una actividad muy placentera. Ayuda a concentrarse, y también a tranquilizarse. A veces, así percibimos sonidos que rompen el silencio que en circunstancias normales pasan desapercibidos: el pitido lejano de un tren, distintas formas de piar, ladrar o maullar, risas en la calle...

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